viernes, 20 de mayo de 2011

ADAPTACIÓN CUENTO "TODA CLASE DE PIELES"

Este cuento es una adpatación propia del cuento Toda clase de pieles, que escuchamos en clase, contado por Irune.

TODA CLASE DE PIELES

Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano, vivían un rey y una reina. Eran muy guapos, estaban muy enamorados y eran muy felices, asíque un día decidieron tener un hijo, así tendrían un heredero, por el rey estaba un poco enfermo.

Cuando después de un tiempo por fin la reina se quedó embarazada y lo celebraron por todo lo alto, el bebé iba a ser un niño.

Cuando pasaron los 9meses, la reina dio a luz a un precioso bebé. Y todos estaban muy contentos, pero a las pocas semanas el rey enfermó de nuevo, y sabía que esta vez no podría salir adelante. Asíque decidió hablar con la reina para decirla que la quería mucho, que cuidara del bebé y que debía encontrar a una princesa tan bella como lo era ella para casar a su hijo.
La reina, aceptó, pues pensó que no sería difícil encontrar una princesa tan guapa como ella para su hijo que tambien sería muy guapo.
 
Cuando el rey murió, todos en el reino se quedaron muy tristes, pero tenían que seguir adelante.

Pasaron los años y el bebé fue creciendo hasta convertirse en un príncipe guapísimo y alegre, igual que eran sus padres. El principe no quería casarse con nadie, siempre estaba paseando a caballo y no le interesaban las mujeres; no era como cualquier principe que seguía las órdenes de su madre, sino que él iba a su bola siempre. Pero la reina no se daba por vencida y empezó a bucar una bella princesa para ela puesto príncipe.  
Buscó y buscó, y encontró varias chicas que eran muy bellas, pero al principe no le gustaba ninguna. Asique la reina siguió buscando.
Un día, mientras comían, la reina le contó al príncipe la promesa que le había hecho a su padre, que debía casarle con una princesa que fuera igual de bella que ella, y que él debía poner un poco de su parte y aceptar alguna dama, pero él solo quería estar con su caballo paseando por el bosque.

Al principio, la reina no se daba por vencida y seguía buscando, porque pensaba que si encontraba a una princesa muy hermosa, el príncipe cambiaría de opinión enseguida.

El príncipe, que vio lo entusiasmada que estaba su madre decidió aceptar que se casaría tan pronto como le consiguiera tres cosas como regalo de boda, tres cosas que fuesen difícil de conseguir para que pasara bastante tiempo y la reina se diera por vencida. La pidió una capa tan dorada como el Sol, una capa tan plateada como la Luna y otra tan brillante como las estrellas, y la reina aceptó.
Así que la reina reunió a todos sus sirvientes para que se encargaran de conseguir lo que el príncipe la había pedido. Y los sirvientes se pusieron a ello. Buscaron por todo el mundo el mejor oro, la mejor plata y diamantes preciosos para hacer las capas de príncipe. Y después de unos años, consiguieron hacer las tres capas que les había pedido la reina. Las capas eran impresionantes, las más bonitas del mundo, la envidia de cualquiera.

Cuando la reina se las enseñó al príncipe le dio las gracias pero le dijo que como último regalo antes de casarse con la princesa que su madre eligiera quería un abrigo hecho con un cacho de piel de cada animal del planeta, un abrigo de toda clase de pieles. La reina pensó que tardaría muchísimo en conseguir aquello pero que merecía la pena esperar, y mandó a sus cazadores conseguir la piel de cada animal que existía en el mundo.

Volvieron a pasar un par de años y le reina le enseñó el abrigo al príncipe, era un abrigo maravilloso, un poco extraño, pero impresionante, con una capucha casi hasta los pies. Al ver el abrigo, el príncipe pensó que no había manera de hacer cambiar de opinión a su madre, que tendria que casarse con una princesa, asíque decidió que esa noche se escaparía del palacio. Cogió las tres capas tan dorada como el Sol, tan plateada como la Luna y tan brillante como los diamantes, se puso su abrigo de toda clase de pieles y se colgó del cuello el anillo de boda de su padre y dos botones de su primer traje y del vestido de boda de su madre, que siempre llevaba con él porque le daban suerte, y salió en medio de la noche al bosque. Dejó a su caballo, pues pensó que los guardianes del palacio podría seguir sus huellas.

Pasó un tiempo en el bosque para que nadie le reconociera. Se alimentaba de plantas del bosque, pescaba o cazaba algún animal, pero su aspecto no era el de un príncipe de palacio.

Un día escuchó la voz de una mujer que iba por el bosque recogiendo flores y se escondió detrás de unos matorrales tapándose con su abrigo de toda clase de pieles. La mujer se acercó a su escondite y vio algo, asíque se acercó a ver que había. Al ver el abrigo hecho con muchos trozos lo tocó y entonces el príncipe se levantó.

Ella le pregunto que quien era, que de donde venía y que hacía ahí escondido en medio del bosque. El príncipe dijo que no se acordaba de nada y que no sabía quien era, que le dejara solo. Pero ella viendo su mal aspecto decidió llevarlo al palacio donde ella trabajaba para que se lavara y alimentara.

Al llegar a palacio, la chica fue a ver a la princesa para contarla lo que había pasado y decidieron ofrecerle un trabajo en el palacio, de ayudante en las cocinas. El cocinero era muy agradable y enseguida le explicó lo que tenía que hacer, y se dedicó a enseñarle a cocinar, y como seguía sin decir su nombre le llamaban “Toda clase de pieles”.

Cuando el príncipe se lavó se dio cuenta de que podrían reconocerle, por lo que se maquillaba la cara de un color más oscuro que el suyo y se quitó el collar donde llevaba los recuerdos que había cogido.

Una noche, mientras estaba fregando los platos, entró la princesa a pedir un vaso de leche caliente con miel, que tomaba todas las noches, y el príncipe se quedó asombrado con su belleza. Desde ese día hacía lo posible por ver a la princesa, pensó en que esa podría ser la princesa con la que se casaría, y no las que le había seleccionado su madre.

Pasó un año trabajando en palacio, y había oído que dentro de poco se celebraría un baile en el que la princesa debía elegir a su pretendiente. Y sería un baile que duraría tres días.

Llegó el día del baile y estuvo metido en la cocina todo el día preparando la cena junto con el cocinero. Cuando habían terminado de cenar, le pidió al cocinero que le dejara ir a ver el baile, que solo sería un rato y que volvería enseguida, que nunca había estado en uno. Y el cocinero al ver las ganas que mostraba el chico accedió, asíque el príncipe se fue corriendo a su habitación a cambiarse y quitarse el maquillaje que llevaba. Se puso su capa tan dorada como el Sol y se presentó en el salón donde estaban todos los invitados, que al verle llegar se quedaron asombrados de ver la belleza del príncipe y su preciosa capa.

La princesa también quedó sorprendida y más aún cuando él la invitó a bailar. Estuvieron mucho tiempo bailando, y al darse cuenta de la hora que era, el príncipe la dijo que tenía que irse y se fue sin presentarse.

Después de haberse quitado su impresionante capa dorada como el Sol, se fue a la cocina donde le esperaba el cocinero enfadado porque había tardado mucho. Asíque le mando preparar el vaso de leche con miel que todas las noches tomaba la princesa, y llevarlo a su habitación. El príncipe hizo caso al cocinero y preparó el vaso de leche, pero al final metió uno de los botones que había traído de su palacio, y se lo llevó a la princesa.

Cuando la princesa se tomó el vaso de leche, se dio cuenta de que en el fondo del vaso había algo que sonaba, era un botón de un color muy bonito (no podía ser del traje del cocinero), lo cogió y lo guardó extrañada. Bajó a la cocina a preguntarle al cocinero que quien había preparado el vaso de leche porque estaba muy rico, el cocinero le dijo que él mismo, y la princesa le preguntó que si había echado algo diferente a la sopa, y el cocinero la contestó que no. Y la cosa se quedó ahí.

Al día siguiente, todos los sirvientes estaban preparando el segundo día de baile, y el día transcurrió muy rápido. Cuando todos ya habían cenado y estaban bailando, el príncipe conocido como toda clase de pieles le volvió a pedir al cocinero que le dejara asomarse al baile, que esta vez no llegaría tan tarde. El cocinero después de pensarlo le vio tan emocionado que aceptó, asíque fue corriendo a su habitación a quitarse el maquillaje que le oscurecía la cara y a ponerse su capa tan plateada como la Luna.

En el momento que entró en el baile, la princesa ya le estaba esperando, porque la noche anterior le había gustado mucho aquel príncipe del que ni siquiera sabía su nombre;  bailaron juntos y ella le preguntaba sobre su vida, como se llamaba, pero toda clase de pieles no le contestaba. Esa noche se fue un poco antes del baile porque sino sabía que el cocinero se enfadaría.

Fue a cambiarse a su habitación y bajó a la cocina, donde el cocinero le mandó preparar el vaso de leche de la princesa, toda clase de pieles obedeció y cuando estaba de camino a la habitación de la princesa le metió otro botón de un color diferente al anterior.
Cuando la princesa se tomó la leche volvió a encontrarse con un botón que lo guardó donde estaba el otro y bajó a la cocina a preguntarle de nuevo al cocinero que si el vaso de leche lo había preparado él mismo o que si le había echado algo en el vaso. Pero el cocinero le dijo que no.

La última noche del baile transcurrió un poco más despacio para toda clase de pieles, ya que estaba nervioso por asistir de nuevo al baile y poder estar con la princesa, pero cuando llegó el momento, le preguntó al cocinero que si podía marcharse. El cocinero aceptó ya que era el último día del baile. Asíque el príncipe se fue a su habitación a vestirse, quitarse el maquillaje y ponerse la ultima capa, tan brillante como los diamantes.

Al aparecer en el baile, fue directamente a bailar con la princesa, y todos le miraban admirados por la capa que llevaba. La princesa sigue preguntándole cosas y al ver que el príncipe no la contesta le empieza a decir que cree que es de por ahí cerca porque le parece haberle visto antes…y el príncipe se pone nervioso por si le reconoce y tiene que volver al reinado de su madre. La princesa aprovecha ese momento para ponerle en el dedo un anillo sin que se de cuenta justo antes de que el príncipe se vaya del baile.

Como las noches anteriores, toda clase de pieles va a su habitación a cambiarse y a pintarse de color más oscuro la cara, pero no se da cuenta del anillo que llevaba puesto en la mano, y se baja a la cocina a preparar el vaso de leche de la princesa.

Cuando el vaso está listo y lo sube a la habitación de la princesa, le mete dentro el anillo de boda de su padre. La princesa esta vez le dice que se quede ahí mientras ella se bebe la lecha para que así se lleve el vaso vacío a la cocina. Y toda clase de pieles se queda nerviosismo esperando a que la princesa se tome la leche.

Al llegar al último trago de leche, la princesa ve que en el fondo del vaso hay un anillo, y le pregunta a toda clase de pieles si sabe algo de eso, pero él la contesta que no. La princesa se va acercando poco a poco a toda clase de pieles mientras él se pone más nervioso aún, y le dice que si el no sabe de donde ha salido el anillo ella se lo diría. Le coge la mano donde le había colocado el anillo y le dice: “este anillo es la pareja de este otro. Lo sé desde el principio, pero quería ver si de verdad eras capaz de hacer todo esto por verme y estar conmigo. Asíque cuéntame quien eres, que me da igual de donde seas, si eres sirviente o noble, porque yo te quiero”.

Y así, toda clase de pieles le contó toda historia, y al poco tiempo se casaron y fueron muy muy felices.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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